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/16.6.10.
(Vampiro 1) entrada de D a n i e l a ♥ @21:51 #

"Tengo frio, no sé que hago aquí. Entre lo nublado de mis ojos puedo distinguir una luz que entra por una amplia ventana, la luna me mira de lejos. No entiendo con claridad el lugar en el que mi cuerpo reposa, parece ser una cama, sin colores. Siento algo y no sé que es, miedo a estar completamente sola, o miedo a que me estén observando y no saberlo. ¿Que hora será?. ¿Habré muerto?..."
Esas fueron las palabras que se me cruzaron por la mente el día que conocí a quien me dio una muerte eterna. Una noche de pleno invierno.

Era jueves y nunca volvería a ser un día normal. Era jueves y yo caminaba por esas tranquilas calles con humedad. Una noche como todas las noches de mi vida, en mis 19 años jamas había sentido tanto miedo como ese día de Julio.
Pocos segundos antes de las 8:30 pm, sentí a mi corazón dejar de latir(o por lo menos eso imaginé). No sé precisamente que sucedió después, no lo recuerdo. Desperté en una cama, decorada con seda negra, un perfume extrañamente excitante recorría el lugar. En primera instancia me era difícil entender lo que estaba pasando, y reconocer el espacio que me rodeaba... luego de unos largos minutos me di cuenta,no estaba muerta, pues estaba acostada en la cama de alguien que no conocía.
No pasó mucho tiempo después de eso, cuando escuche un cello, cantándome despacio al oído. Aun no logro expresar con palabras lo que sentí en ese instante: Una mezcla de romance con dolor invadieron mi espíritu.
Las nubes se corrieron gentilmente, para que la luz de la luna que atravesaba la ventana me dejara ver al hombre que ahí se encontraba. Sentado en una antigua silla, sosteniendo un hermoso cello como si fuera su amante, su pálido rostro no me miro sino hasta que terminó de tocar esa triste canción. Sos ojos me dejaron inmóvil, su cabello negro como la misma noche le mancho la cara, una mueca casi diabólica se dibujo en sus labios.
Mi cuerpo estaba frió, mis ojos querían llorar pero no podían. Todo esto era muy extraño como para no pensar que estaba soñando. Así que deje todo como estaba y seguí mirándolo fijo, como si fuera a morir en cualquier momento.
Dejó de la manera más delicada el cello sobre la pared, lentamente camino hacia donde mi cuerpo yacía entumecido. Esos pasos que dio con su cuerpo cortando finamente el aire, fueron infinitos. Quería que se aleje pero quería que este cerca mio, no podía decidir.

Sus dedos acariciaron la cama y se arrastraron por mi pierna, no había notado el blanco vestido que me cubría, era liviano y corto, tan claro como la sal. Su cuerpo me gritaba que me acerque, su bello rostro me invitaba a dejarme caer entre sus brazos. Y ahí estaba, casi recostada encima de sus piernas, me abrazaba despacio, como si tuviera miedo de romperme.
No entendía quién era, ni por qué no me alejaba de el. Mi mente se limitaba a sentirlo y a descansar sobre su hombro. Tenía una camisa negra y no logre distinguir otro color mas que su pálida piel.
Cuando lo dispuso, tomo mi cuerpo como si fuera una muñeca, y lo colocó sobre la cama, se acercó a mi como si estuviera buscando mis ojos, y luego de unos parpadeos su boca tocó la mía. Sus besos eran tan exquisitos como la miel, jamas había sentido tanto amor en un beso. No sabia quien era y aun así dejé que sus grandes manos me recorrieran el cuerpo como si fuera suyo.
Su lengua saboreó mi pecho, sentí escalofríos. Ese encantador hombre sin ni siquiera dirigirme la palabra una vez me estaba mordiendo el cuello...

Continuará.




{Danielle, ♥}